martes, 18 de mayo de 2010

LA INCOMPETENCIA DE ZAPATERO Y EL FRAUDE DEL PSOE HACEN QUE GOBERNAR SEA REPARTIR LA MISERIA.

Si hay algo que si se puede hacer “a toro pasado” es juzgar a los gobernantes, es más, estamos obligados a ello para ejercer nuestra soberanía popular y, tras conocer el ajuste económico con que nos va agredir el Gobierno, es obligado reflexionar sobre el punto en que estamos y como hemos llegado a ello.
Lo primero que me parece evidente deducir es que José Luis Rodríguez Zapatero no llega ni de lejos a la talla necesaria para seguir siendo el Presidente del Gobierno. Un político que no ha vislumbrado, en ningún momento, la crisis que se anunciaba, que no contaba con un equipo de colaboradores que la previese ( o tal vez no los escuchó), que olvidado de la prudencia y buscando cautivarnos el voto se prodigase en medidas populistas y demagógicas (que hoy se tornan estúpidas), como el cheque-bebe o la deducción de 400 euros en el IRPF. Un político que se ha paseado por mítines y foros diversos presumiendo de garantizar los derechos sociales a toda costa y erigiéndose en el último bastión del “obrerismo”, pero que confiaba en el ladrillo para no tener problemas de empleo. Un político que ha negado la crisis en lugar de tensionarse, que la minusvaloró cuando tenia que actuar con rapidez y que, ahora, cuando viene el batacazo consiguiente, quiere que lo sufran nuestras costillas, que lo suframos los de siempre. El análisis debería ser mas profundo y pormenorizado pero, con lo visto y pese a su simplicidad, es suficiente, ZP no sirve. Cuando “vienen duras” no da la medida y saber gobernar se demuestra cuando aparecen los problemas, no en situación de bonanza.
Pero si resulta que el líder no es tal líder, el partido que lo sustenta, que le debiera dar discurso, que comprometió un programa y unos objetivos, que, se supone, apunta a un modelo de sociedad determinado, un modelo socialdemócrata, ha resultado un fraude para su electorado, sus simpatizantes y sus propios afiliados. Su etapa de gobierno ha resultado ser una mezcla de “cuento de la lechera” y derroche de buenas intenciones que finalmente dependían de otros para materializarse, adornado todo con el énfasis en los derechos civiles, como botón de muestra de su progresía, postergando los derechos sociales que siguen siendo, en España, un aspecto demasiado alejado de la media de la UE para darse por satisfechos.
Seis años de ejecutoria del PSOE en los que no se ha transformado un ápice la estructura y las bases productivas de nuestra economía. Seis años cabalgando a lomos del crédito fácil, del boom de la construcción, del fácil acomodo de los inmigrantes. Seis años sin poner en cuestión la fiscalidad para instaurar una progresividad mas justa y unas reglas de juego mas ajustadas a una realidad cambiante en cualquier momento. Seis años de cesiones y compra de apoyos parlamentarios que han generado una deriva nacionalista descontrolada e insolidaria. Seis años de legislar para que otros bloqueasen los efectos, como la Ley de Dependencia, una muestra de como hacer para que algo no funcione pero poder culpar a los Gobiernos de las CC.AA., especialmente si son de la oposición. Seis años de dejarse llevar y solo preocuparse de la pugna partidista; el único objetivo: que no ganen los otros ahora, que el largo plazo no existe.
Convertido en un remedo del Partido Demócrata USA, repudiadas las veleidades izquierdistas, domesticados los grandes sindicatos UGT y CCOO, débil ante el Capital y la Iglesia, necesitado de las muletas nacionalistas, sin peso especifico en la UE, inactivo ante hechos tan graves como la persecución a Garzón y la prepotencia fascista que muestran lo podrido de la Justicia, quieren que los ciudadanos, simples trabajadores y nuestras familias ademas de los jubilados, asumamos la responsabilidad de sus fracasos. Para repartir la miseria no nos hacen falta ni el PSOE ni ZP.