De la
interminable e incansable sucesión de “perlas” que desfila ante nuestros ojos,
de esa curiosísima colección de brevísimas creaciones literarias -que poco se
prodiga la poesía en Twitter-, de pronto, alguna prosa, congela nuestro índice
sobre el ratón y rompe la cadencia de clics, obligándonos a leer dos, tres
veces… y nos gusta, nos gusta mucho. O nos plantea una duda, un desacuerdo,
despierta una emoción, a favor o en contra. No nos deja indiferentes. Ha tocado
alguna fibra interna de nuestro ser.
Tan breve
como su continente y pese a la profundidad de su contenido, volvemos al proceso
de hacer “scroll”, para que los “twits” sigan deslizándose sobre la lisa
superficie del monitor, y el dedo índice recupera su ritmo, como un metrónomo
de la información y proseguimos la tertulia digital, infinita, universal,
enciclopédica, dispersa y libre.
Otra
semana más, algunas piezas han quedado prendidas de mi anzuelo. ¿Por qué? Quien
lo sabe. ¿Tu habrías “clavado” otras?
Ahora que el PP anuncia una ofensiva
pro-Wert, rescato este twit que guardaba en fresco.