martes, 15 de junio de 2010

EL ETERNO PROBLEMA DE RTVE: NO CREER EN EL SERVICIO PÚBLICO SI NO HAY BENEFICIO PARTICULAR.

Si alguna vez creímos en la sinceridad de ZP sobre la reforma de la Radiotelevisión Pública del Estado, RTVE, la situación de la actualmente Corporación y el desarrollo de la gestión de la misma, desde el 1 de enero de 2007, unidas a la política en materia audiovisual de los gobiernos del PSOE, solo pueden suscitarnos un sentimiento de fraude y frustración, agravado por los muchos esfuerzos y sacrificios llevados a cabo para lograr otros objetivos, muy distintos de los obtenidos.
La aplicación de las conclusiones del “Comité de Sabios” para la reforma de RTVE han supuesto una burla al esfuerzo y buena fe de los que constituyeron dicho comité y un insulto a la inteligencia de todos los que confiamos en que se respetaría lo esencial del dictamen final. La realidad ha sido colocar a RTVE en una situación de marginalidad respecto de las privadas, erradicar el talento y la creatividad propias para convertirla en una ventanilla de contratación de empresas privadas y, tras el humo de este gran artificio, favorecer el nacimiento y desarrollo de un grupo mediático, afín a Zapatero (que no tanto al PSOE) y su facción, cuyo mascarón de proa es La Sexta. Hoy RTVE está en peores condiciones para poder evitar su desaparición, que es el deseo no oculto de las cadenas privadas (insaciables pese a la retirada de TVE del mercado publicitario) y posición expresa del Partido Popular, ahora con el pretexto de las medidas de austeridad que exige la crisis económica.
En 2006, mediante los Acuerdos de Los Peñascales y el ERE, se asumió la pérdida de 4.180 empleos públicos y la descapitalización del talento y la experiencia que suponían los profesionales afectados, en la confianza de dejar consolidada una empresa pública mas ágil, renovada y eficiente. Sería injusto afirmar que los que quedaron, y los que se incorporaron en el proceso de conversión de trabajo temporal en indefinido, no posean la capacidad creadora, productiva e innovadora que supliera lo perdido. Lo cierto es que, simplemente, no se cuenta con ellos y se compra o subcontrata la mayor parte de la producción, en especial el “prime time”. Es injustificable, desde cualquier enfoque empresarial, la adjudicación de contratos y su mantenimiento en el tiempo a empresas de producción, con vinculaciones de capital y personales con cadenas privadas de la competencia, por lo que supone de financiación a costa propia (y del presupuesto publico) de los mismos que pujan por derechos de emisión deportivos, cinematográficos, etc., esenciales para mantener los niveles de audiencia.
La gestión de Luis Fernández, primer presidente de la Corporación, ha sido la de inyectar dinero en los proveedores externos de contenidos, copar con nombramientos de personas ajenas a RTVE, incluso ajenas al medio audiovisual, el cuadro directivo y marginar y maltratar a los profesionales de la plantilla de personal fijo, Gracias a Fernández no hay, en RTVE, política de Relaciones Laborales, de Estimulo, Mérito y Productividad, de Carreras Profesionales. Ha dejado tras de si el conflicto larvado, el descontento, la parálisis del dialogo y negociación con los trabajadores, la desmotivación. Con el pretexto de la retirada de la publicidad a TVE, Luis Fernández vió la ocasión de abandonar tratando de mantener la dignidad. Lo cierto es que no quería que la caldera a presión le explotara en su cara y ya tenía asegurada una magnifica acogida, por un sector empresarial, al que había beneficiado generosamente desde su puesto de Presidente de la Corporación RTVE.
Es lamentable constatar el papel de los dos sindicatos mayoritarios CCOO y UGT en este estado de cosas. Por un lado, el nombramiento de los miembros que les corresponden en el Consejo de Administración, ha sido una prebenda a compromisos de cualquier tipo menos a la obligación de que los trabajadores de RTVE participaran de la gestión de su propio trabajo al servicio de la sociedad y las libertades y, desde luego, tampoco se aprecia que el papel, de dichos consejeros “obreros”, se caracteriza por la preocupación de ajustar la gestión de la Corporación a las exigencias de la democracia industrial, de la eficiencia productiva, de la administración transparente y honesta, todo ello en el plano interior y, en el plano exterior, por el mejor servicio público, orientado a dar satisfacción a las demandas de información, cultura y entretenimiento de la ciudadanía, con especial atención hacia los sectores mas desfavorecidos y necesitados de actuaciones efectivas de políticas de responsabilidad social, de un medio de comunicación público.
Pero el papel de las secciones sindicales de CCOO y UGT y de sus miembros en los Comités de empresa correspondientes, no ha sido mejor. Mediatizados por la super-estructura jerárquica de sus organizaciones, no se les ha permitido desarrollar una acción sindical autónoma y que pudiera discrepar de los compromisos confederales con el gobierno socialista (todo ese “buen rollito” que ha durado hasta la inminente reforma laboral y que escenificaban ZP y Cándido Méndez, cogiéndose de la mano en mítines obreros y con sendos pañuelitos rojos al cuello). Maniatados y amordazados por la jerarquía burocrática confederal, incapaces de elaborar, planificar y aplicar una estrategia sindical en beneficio de los trabajadores representados, han jugado a ganarse los favores de una Dirección de Recursos Humanos mercenaria, a competir en engañarse (y engañar a los trabajadores) con negociaciones secretas, sobre colocaciones de afiliados en oposiciones de dudosa objetividad y ninguna transparencia, obtención de favores sobre traslados, pluses y nombramientos menores y alguna que otra reivindicación de carácter regional o localista, para satisfacer clientelas concretas en momentos electorales concretos. No existe Convenio Colectivo de la Corporación RTVE (1-Enero-2007) y está prorrogado el del antiguo Ente Público. No hay actualización salarial de 2009 y 2010. La Dirección de RR.HH. practica constantemente la desregulación de las normas aún vigentes y los trabajadores asisten con rabia a la ocupación de sus tareas por subcontratas externas, y los intentos de otras fuerzas sindicales minoritarias, especialmente “Alternativa RTVE”, por cambiar esta situación, es sistemáticamente saboteada por los todavía “mayoritarios”.
La elección del segundo presidente para la Corporación RTVE en la personal de Alberto Oliart es una nueva decepción y confirma la falta de interés de los responsables políticos, de ZP y Rajoy, por el servicio público de comunicación audiovisual, salvo cuando de sus conveniencias publicitarias se trata y la deliberada ignorancia de los dictámenes del Tribunal de Cuentas o sentencias recientes como la del juzgado nº 32 de los de Barcelona, son injustificables y ya deberían haber hecho rodar la cabeza de Gaiteiro, como mínimo.
Que menos que esperar para una empresa pública del tamaño, presupuesto y proyección social de RTVE que designar al frente a alguien con conocimiento del medio, capacidad dirigente, ambición profesional, incluso política. Una persona que se levante por la mañana dispuesto a demostrar en un cargo como el de Presidente de RTVE que es capaz, inteligente, eficaz, el mejor, y que lo haga con dedicación, esfuerzo e ilusión. Un/a dirigente que sepa formar equipo, seleccionar a los mejores, separar el grano de la paja, fijar objetivos, corregir desviaciones, exigir responsabilidades, incentivar y motivar. Lo normal: alguien con ganas de triunfar y demostrarlo. Con todos los respetos para Oliart, nada de estos requisitos le caracterizan. Por edad y hoja de servicios está por encima de demostrar nada y ganas de esforzarse, se ve claramente, no tiene. Una inesperada dignidad cuando ya ningún cometido esperaba. Desempeñada como una distracción de jubilado. Aprovechada para “colocar” algún familiar o allegado. Rehén de ejecutivos como Gaiteiro, Bretos, y otros 180 de la misma calaña, que solo esperan cobrar el mayor tiempo posible de RTVE antes que alguien los cese y en tal aprovechamiento dejan pasar los años y manejan al presidente a su antojo. Esta esperpéntica Presidencia debería durar lo menos posible, por dignidad al menos, pero... ¿Quien se tomará en serio alguna vez la Radio y la Televisión Públicas, de todos y para todos?

martes, 1 de junio de 2010

DEUDAS Y BURROS

Parábola que explicará esta crisis de una forma sencilla, para que la gente de a pie entendamos sus causas.

- Un individuo se dirigió a una aldea donde nunca había estado antes y ofreció a sus habitantes 100 euros por cada burro que le vendieran.
Buena parte de la población le vendió sus animales.
Al día siguiente volvió y ofreció mejor precio, 150 por cada burrito, y otro tanto de la población vendió los suyos.
Y a continuación ofreció 300 euros y el resto de la gente vendió los últimos burros.
- Al ver que no había más animales, ofreció 500 euros por cada burrito, dando a entender que los compraría a la semana siguiente, y se marchó.