domingo, 12 de septiembre de 2010

¿ALFONSO GRILLO O PEPITO GUERRA? LA UGT COMO REHEN. ESTE SINDICALISMO HAY QUE CAMBIARLO

Pues si, ZP no asistió a Rodiezno este 2010, ocupado como estaba en cambiar rápidamente de principios para poder afirmar, impasible el ademan, que el no faltaba a esos/sus/variables principios al imponer la contra-reforma laboral. “Consumatun es” la agresión a los trabajadores con medidas que no solucionan nada, no satisfacen “a tirios ni a troyanos” y que han permitido ver un PSOE sin ningún apoyo parlamentario a su descabellada prepotencia.
 Pero como quien no quiere la cosa, la estrella del evento obrero ha resultado ser Alfonso Guerra. ¿Para expresar su disconformidad con la política del gobierno y apoyar la huelga general? ¡NO! El veterano “trilero” de la política acudió a proclamar “a voz en grito” que el problema es el PP, esa derechona de toda la vida que chupa la sangre de los currantes y a la que nunca, nunca, nunca... hay que votar, si se es un obrero de raza e izquierda como hay que ser.
 La manipulación no puede ser mas burda. El golpe lo descarga el PSOE pero eso no es nada con la paliza que están dispuestos a darnos los del PP. Y Méndez (pañuelito rojo al cuello) allí, al lado de Guerra Grillo (pañuelito rojo también), dejando hacer su labor de zapa (entonces... ¿hacemos una huelga que perjudica al PSOE y beneficia al PP?) y ofreciendo, otra vez más, la lastimosa imagen del ser el obrero de atrezzo del PSOE.
 La imagen es diáfana y muestra, en toda su crudeza, la falta de independencia y la supeditación de la UGT al PSOE. Si el descontento social no se puede parar y las propias bases sindicales reclaman una actuación contundente, pues se convoca una huelga general. Eso si, sin convicción, tarde y sin acompañarla del discurso mas duro y ejemplar, el que debería pedir la dimisión de Zapatero y declarar al PSOE como un partido mas, gestor de los intereses de los poderosos y que no debe recibir los votos de los trabajadores y sus familias. El discurso que si han hecho, a gritos, esos mas de quince mil representantes de trabajadores en Vista Alegre, pidiendo la dimisión de ZP y dejando en evidencia a los secretarios generales de ambas confederaciones, UGT y CCOO. Pero en Rodiezno han llevado a Guerra Grillo a convencernos, que mas vale lo malo conocido que atreverse a ser honestos e independientes y mostrar a los trabajadores que hay otras alternativas, que no pasan por el PSOE, ni por el PP, ni por los nacionalismos “alquilavotos”.
 La UGT no se entera que tener historia no supone actuar como si el tiempo no pasara y que ya no funciona “la familia socialista”, porque el Partido ya no es el que era, ni socialista, ni obrero. Las CC.OO. saben que el PC hace tiempo que dejó de ser una opción posible y una referencia ideológica real, pero no saben como desprenderse de su sindicalismo de “nuevo-cuño-movimiento-socio-económico-político-unicoantifranquista” (nunca lo ha sido) y que parezca que ya no son los mas izquierdistas. Y ambas centrales sindicales, infiltradas por militantes del PSOE que hacen su carrera al cargo controlándolas, burocratizadas y carentes de una verdadera democracia interna que permita el control de los afiliados, van camino de comprobar la falta de credibilidad que tienen entre los trabajadores y, de paso, causar un grave daño al movimiento obrero organizado.
 Los sondeos dicen que el 73% de los trabajadores no irán a la huelga el 29S, aunque una mayoría considera justos los motivos para convocarla. Los convocantes deberían saber leer esta actitud tan mayoritaria y escuchar, por una vez, a sus bases. Esos miles de trabajadores que en los tajos, fabricas, comercios y oficinas se esfuerzan en representar a sus compañeros a cambio de nada, lo dicen claro: ZAPATERO DIMISIÓN.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

ZP NUNCA DEBIÓ IR A RODIEZNO... NI SER INVITADO.

Este año Zapatero no acudirá al evento sindicalista que, todos los Setiembres, se celebra en la localidad minera de Rodiezno. El secretario general de la UGT lanzó los suficientes mensajes, como para para que ZP comprendiera que, convocada una huelga general para finales del mismo mes, debido a la contra-reforma laboral de su Gobierno, no sería congruente que hiciera acto de presencia, en el mitin de Rodiezno, como si nada. (No deja de resultar curioso que, dirigentes del SOMA-UGT, en las mismas fechas, declararan que ZP siempre seria bien recibido como cualquier afiliado a la UGT en su acto, pero las incoherencias entre esta organización de la minería “ugetista” y el conjunto del sindicato son ya históricas. Aunque esa... es otra historia).
La realidad manda. Las medidas adoptadas por el Gobierno del PSOE y aceptadas sin criticas por el partido demuestran que todas las promesas y compromisos de índole social y laboral que Zapatero ha empleado en su cortejo a Méndez eran palabras vacías y sin firmeza ante las presiones e intereses de los grandes grupos económicos, financieros y empresariales y, ya puestos a romper promesas, la contra-reforma seguirá y afectará a pensiones, prestaciones sanitarias, ayudas a la dependencia y mas políticas sociales. El PSOE, después de esta, no volverá a ser nunca mas un partido obrero (aunque lo reclamarán, seguro. ¿Acaso no se atreve a hacerlo el PP con la mayor desvergüenza? Pero José Luis Rodríguez Zapatero no debió asistir nunca a un acto sindical en Rodiezno, si lo que ese acto evidenciaba era la falta de independencia de un sindicalismo, que sigue sin saber cual es su papel en un país democrático del siglo XXI.
Para empezar, hoy no se puede seguir hablando de la “familia socialista”, refiriéndose a la acción común y coordinada de PSOE, UGT y JJSS que caracterizaron los momentos mas fuertes del movimiento obrero en España y el fin del anciano régimen, a caballo de los siglos XIX y XX. El fin, entonces, era LA REVOLUCIÓN y acabar con un sistema de explotación y caciquismo brutales. Hoy, de la supervivencia del ESTADO DEL BIENESTAR se trata y, paradojicamente, el pseudo-socialismo del tipo “tercera vía” es el mayor responsable del desmantelamiento de este, escudándose en una pretendida autoridad moral, de la que no se atreve a hacer uso la derecha.
Igualmente, la “tercerización” de la economía española, con un peso cada vez mayor de los servicios y la aplicación masiva de las nuevas tecnologías, ha cambiado sustancialmente la composición social de la clase obrera. Ya no predomina el trabajador hombre, mayor de cuarenta años, trabajador de la industria manufacturera y preferiblemente del metal. Las mujeres, los jóvenes, los inmigrantes, la atomización de las grandes concentraciones de mano de obra, tanto geográfica como empresarialmente en contratas y subcontratas, el predominio de los servicios, la capacidad de ahorro o de endeudamiento de las familias, las necesidades complementarias o de ocio una vez cubiertas las fundamentales, etc... Todo esta realidad no puede ser afrontada con organizaciones sindicales que mantienen estructuras organizativas de hace mas de un siglo, con métodos de lucha basados en la fuerza del numero de obreros que se movilizan en un momento dado y con ataduras ideológicas falsas, que otros usan para convertirlas en correas de transmisión y dependencia. Bajo la amenaza de que “viene la derecha”, la etapa de Zapatero ha convertido las centrales sindicales UGT y CCOO en guardaespaldas de la gobernación socialista, a cambio de promesas y demagogia profusamente publicitadas y que no preveían -¿para que?- la posibilidad de una crisis económica y, ahora, rotas las promesas y reformado el PSOE en gestor del capitalismo financiero, los sindicatos burlados convocan una huelga general sin poder evitar parecer, a ojos de todo el país, como los novios despechados y faltos de credibilidad, seriedad y fuerza evidentes.
Durante seis años se renunció a ser críticos, exigentes, responsables para lograr los cambios estructurales e industriales necesarios para España, A forzar la adopción de una política fiscal mas justa y redistributiva. A conquistar avances mas fuertes y convergentes con las prestaciones sociales de la media europea. A superar los atrasos históricos en educación, en derechos de los consumidores, en separación iglesia-estado, en sanidad y dependencia reales en todo el estado y no solo en algunas autonomías. Durante seis años se ha compartido, pañuelito rojo al cuello, apariciones, mitines y convocatorias, como obreros de “atrezzo” del decorado propagandístico socialista. Y, aunque algunos lo nieguen, el control del PSOE tomando con sus fieles los puestos de responsabilidad de la UGT y en menor medida, pero importante, de CCOO, ha sido imparable desde el 14D histórico; para ello solo hay que repasar el pasado -muy reciente- sindical, de gran numero de concejales, diputados autonómicos y nacionales y muchos altos cargos de la administración socialista.
Supeditar los intereses de los trabajadores y los objetivos de sus organizaciones al triunfo de una determinada opción política, por muy afín que se considere, es un error político de gran calado pero, dejar de ser independiente y autónomo en el análisis y las decisiones, es convertirse en ineficaz y traicionar los derechos de los que se representa. Las grandes centrales sindicales en este país son, hoy, super-estructuras fuertemente jerarquizadas, controladas ideológicamente y representadas por muy pocos, que toman decisiones y establecen acuerdos en nombre de la totalidad de los trabajadores, guiándose por sus conveniencias y compromisos políticos La falta de democracia interna es escandalosa pese a la apariencia formal de su funcionamiento participativo y, allí donde reside la fuerza y el numero de los afiliados, en las empresas, las secciones sindicales, impedidas de obtener personalidad jurídica propia y decidir libremente su adhesión a las estructuras federales o confederales supra-empresariales, son simples viveros de cuotas que no cuentan a la hora de definir la linea del sindicato.
En 1977 se abolió la cuota sindical obligatoria de los “verticatos franquistas” y comenzó la transición laboral y social de los españoles, sin la que nunca se hubiera podido llevar a efecto la transición política y, en pocos años, de 1978 a 1984, se sentaron las bases del modelo sindical español (al menos, afortunadamente, ha evitado la fragmentación insolidaria e ineficaz de los nacionalismos políticos). Hace tiempo que este modelo precisa de una reforma y adaptación al siglo XXI, que logre su eficacia y encaje en los nuevos modelos económicos; en la conciliación de derechos de trabajadores y ciudadanos; que estimulen la participación e integración del mayor número de trabajadores; que garantice la democracia interna y los derechos desde la simple condición de afiliado y el control real de los representantes; que promueva la institucionalidad del sindicalismo y la co-responsabilidad en el progreso y el desarrollo de todos.
No faltan voces que claman, o anuncian, la desaparición de los sindicatos. Solo desde la mala fe o el desconocimiento absoluto de la historia, la economía y la política se puede defender tal cosa. Frente al poder del capital que siguen detentando las grandes corporaciones y oligopolios, multinacionales o no, y la tentación de cualquiera que se sienta el amo de su empresa, sea esta grande o pequeña, de someter a su capricho a aquellos que dependen del sueldo que les paga, la necesidad de organizarse en sindicatos es ineludible para sobrevivir. Promover las organizaciones sindicales a los nuevos tiempos también es obligación de quienes tengan la obligación de gobernar, pero lo cierto es que ni PSOE ni PP consideran, ni han considerado, necesario este empeño. Para unos sigue valiendo la política de la correa de transmisión y, para los otros, la vida seria mas fácil sin organizaciones fuertes y organizadas que son, en definitiva, la punta de lanza de la sociedad civil que ellos corrompen.