No estoy de acuerdo con la
decisión de UPyD de no designar representantes en los Consejos Escolares de
Madrid. No estoy de acuerdo con la decisión de UPyD de no designar
representantes en el Consejo de Administración de RTVM, ni en el Consejo Asesor
de RTVE en Madrid. No estoy de acuerdo con la decisión de UPyD de renunciar a
las posibilidades de asesoramiento y soporte a las que le daba derecho su
representatividad en el Ayuntamiento de Madrid (por supuesto nada que ver con
los coches oficiales). No estoy de acuerdo con la decisión de UPyD de renunciar
a un tercio de los puestos de vocales vecinos de Madrid, ni a la renuncia
unilateral de las contrapartidas económicas de estos puestos y, como no conozco
toda la casuística, estoy en desacuerdo con todos los casos en que se aplica esa
doctrina que demoniza la participación de los partidos políticos en las
instituciones, en cargos menores, de libre designación y que se insertan en la
maquinaria de gestión de la “cosa pública”. Creo que supone una dejación de
funciones y una no asunción de la responsabilidad de trabajar para los
conciudadanos, procurando la eficiencia, la honestidad y los resultados que
reclamamos a los demás. Creo, también, que es un proceder contradictorio con un
mensaje que reclama el compromiso activo y la implicación de los ciudadanos en
la actividad política: “…si tu no lo
haces otros lo harán sin ti”. No estoy de acuerdo con hacer una política de
“frikis”, en busca del titular fácil, ni de generar un talibanismo político
intolerante y creo que algo más de humildad y realismo no estaría de más en
nuestra actividad cotidiana: “Los
ciudadanos no quieren un partido impotente al que votan y luego no trabaja.
Para suicidios políticos, véase la Vida de Brian (C. M. Gorriarán en Twitter
15/12/2011)”
Encendidas andan las redes sociales,
Facebook, Twitter, Tuenti y demás, no paran de incorporar mensajes de
ciudadanos indignados porque, un tal @Aristóteles,
se ha permitido afirmar que: “El hombre
es un animal político por naturaleza”. Tamaño insulto (no es por lo de
animal) ha provocado una reacción inusitada. Nadie quiere ser calificado de
forma tan denigrante. Incluso algunas organizaciones feministas radicales han
dejado claro que se refiere específicamente al hombre y no a la mujer.
La broma puede parecer
excesiva pero, lo cierto es que, el descredito y la impopularidad de los políticos,
de los partidos políticos y de “lo político”, alcanza una proporción abrumadora
y adopta la forma de corriente de opinión visceral, injustamente generalizadora
y que no admite la ponderación y la objetividad en la oportuna crítica. Supongo
que la situación de crisis y la angustia que genera, radicaliza necesariamente
la opinión sobre quienes no son ajenos a la generación de esa misma crisis y,
en cualquier caso, no han sabido atajarla a tiempo, ni parecen capaces de
hallar soluciones que no consistan en el sacrificio de los más débiles.
Pero guste o no, la pólvora
ya está inventada y no se puede cercenar de la naturaleza humana el componente
político, ya que este es indisociable de lo que diferencia a la persona del resto
del reino animal, el pensamiento analítico, decisorio y creativo, la razón. Y
es esta naturaleza política lo que permite que el individualismo pensante y el
libre albedrio se adapten a la convivencia en grupos familiares y sociales,
buscando formulas de organización, jerarquización y cooperación y
procedimientos de solución de los conflictos de intereses y discrepancias de
actitudes, que mantengan la armonía, el progreso y el crecimiento grupal.
Desde esta mínima base
conceptual, sobre que significa la política para la persona, nos situamos en un
sistema de libertades llamado Democracia donde la soberanía reside en los
ciudadanos, que deciden como organizan su convivencia, como la jerarquizan,
como se establecen los intereses y objetivos generales, como sustancian sus
conflictos y para lo que se dotan de una institución colectiva, el Partido
Político, que constituyen y al que se unen en función de inspirarse en
similares modelos sociales, valoración de intereses, definición de prioridades,
escalas de valores, etc… elaborando opciones distintas de carácter teórico, intelectual
y filosófico que se pretenden de aplicación práctica en la ordenación de la
convivencia en sociedad. Es el Partido Político el instrumento para, logrado el
respaldo de la mayoría social, aplicar la ideología transformando ideas en
hechos, lo que además precisa de políticos, es decir, personas concretas que
trabajen con esos procedimientos y alternativas, logren soluciones y resultados
y rindan cuentas de su labor ante los ciudadanos.
Desde la democracia de la
Grecia antigua, este sistema de libertades no ha dejado de evolucionar y perfeccionarse.
Democráticos se consideraron, en su momento, sistemas que no admitían el voto
de la mujer, que exigían determinado nivel de renta para poder ser elector, o
un mínimo de educación reglada. Hoy estas limitaciones o discriminaciones no
existen y otros requisitos menores (como la edad para poder ejercer el derecho
al voto) se han flexibilizado para ampliar la base electoral y, con ello, la
participación e implicación de los ciudadanos y dotar de una legitimidad y
corresponsabilidad cada vez mayor al menos malo de los sistemas de gobierno
conocidos.
La democracia moderna, influida
de la experiencia de dos grandes guerras, los totalitarismos y la “guerra fría”
y la revisión de valores éticos y morales propiciada por conflictos como el
Mayo francés del 68 o la guerra de Vietnam, ha querido superar el mero modelo
formal para llegar a esa mayor participación y corresponsabilidad personal.
Se ha estimulado la
vertebración social y un mayor protagonismo de la llamada sociedad civil, a través
del reconocimiento y la promoción del asociacionismo ciudadano en base a
circunstancias coyunturales y especificas, como las asociaciones de vecinos, de
padres de alumnos, de consumidores y usuarios, de aquejados por dolencias o
incapacidades, de intereses culturales, etc., etc., etc…, constituyéndose instancias
de debate y trabajo, insertas o aledañas a las mismas Instituciones (Ayuntamientos,
Asambleas, Parlamentos, órganos gubernativos) donde estas pudieran concretar su
aportación a la búsqueda y definición de soluciones (Consejo Escolar, Junta
Municipal, Consejo de la Juventud, Consejo de Consumidores, etc…). Incluso
cuando se reconoce un papel constitucional relevante, caso de sindicatos y
patronales, el órgano resultante adquiere una personalidad más institucional,
alejada del antiguo modelo de “grupo de presión”, como los Consejos Económicos
y Sociales.
Pero el interés individual
para ser un elemento activo en este entramado de asociaciones dependerá de esas
circunstancias especificas, así interesa participar en el AMPA del colegio
mientras se tienen hijos en edad escolar, en la asociación de vecinos en
función de la localidad o barrio y según el grado de desarrollo/bienestar del
mismo, a la de Jubilados según la edad y siempre dependiendo de la prioridad
que cada cual atribuya al tipo de problema que se atienda en cada caso.
Pero la formula asociativa
claramente institucional, el Partido Político, el que constituyen y agrupa
ciudadanos en función de su ideología, mas perenne y menos coyuntural, mas
estructural e identificadora del “propio yo” y del "yo solidario", también quiere actuar en esos
niveles, junto con las asociaciones de intereses, para aportar su filosofía sobre
el modelo de sociedad resultante y para dar más oportunidades de activismo
político real y practico a sus bases de afiliados y donde se forjen y destaquen
los cuadros y responsables políticos del futuro, arropados por la experiencia
de militantes fogueados en el contacto con la realidad cotidiana.
Pero también para
hacer llegar esa realidad cotidiana y cambiante a los líderes partidarios, a los
que han resultado elegidos para actuar en las instancias más altas, niveles
decisorios que, por fuerza, resultan más alejados de “la calle”.
Es de esta forma que el
activismo político se practica en un amplio abanico de posibilidades, con mayor
o menor dedicación y continuidad, con mayor o menor grado de profesionalización
y/o de especialización, con mayor o menor exigencia de idoneidad de las cualidades
personales del activista, con mayor o menor compensación pecuniaria de su
labor, todo ello en función de la complejidad, requisitos y responsabilidad que
caractericen el puesto o cargo a desempeñar.
Será responsabilidad del
partido designar, seleccionar, orientar hacia/para cada puesto concreto a las
personas más idóneas, más responsables, más honestas, más constantes. Será
responsabilidad del partido decidir el grado de consolidación y eficiencia de
la tarea o supeditarla al albur del voluntarismo y la improvisación. Será
responsabilidad del partido la coordinación de esfuerzos, la fijación de
objetivos, el diseño de estrategias de actuación y dar soporte y formación a
sus representantes. Será responsabilidad del partido la evaluación de
resultados y comportamientos, la revocación y renovación de representantes, la
vigilancia del cumplimiento de códigos de conducta, la coherencia con los
programas y objetivos generales y con los compromisos electorales. Será
responsabilidad del partido la globalidad de una actuación que le identifica y
caracteriza frente a la sociedad en la que actúa y del grado de integración y
de acierto que ese proceder tenga respecto de los problemas reales de la
comunidad.
El viejo modelo de partido
que se limita en su actuación a un número cierto de líderes en las
instituciones y que solo moviliza a sus miembros, como maquinaria electoral, en
momentos puntuales, está condenado a la desaparición por desconexión con la
realidad circundante y desmotivación de sus bases militantes. Pero además, un
Partido Político no puede ir contra su propia razón de ser y desprestigiar y
debilitar su papel institucional so pretexto de una degeneración de valores
generalizada. No puede renunciar a su responsabilidad pedagógica y al propio
ejemplo para formar y orientar a sus conciudadanos, eligiendo navegar en el populismo,
la demagogia y el análisis más superficial y excluyente. El integrismo también se
da en política y suele crear la paradoja de que una institución, del sistema, actúe
con comportamientos de antisistema y testimonialismo estéril.
4 comentarios:
POR FIN ALGUIEN QUE SABE DE POLÍTICA EN ESTE PARTIDO.PORQUE YO ME SIENTO DECEPCIONADA Y LO PEOR ES QUE SIENTO COMO HABER ENGAÑADO A OTROS, AL ANIMARLOS A UNIRSE, POR CREER QUE ESTE PARTIDO DE VERDAD SERÍA DISTINTO
bastante clarito, hasta para el que no esté muy puesto en política...
Sra. Rosa Diez.... este hombre es el mejor fichaje que tiene. Espero que no lo desaproveche porque a mi ya me tiene un poco cansado. Si continúa haciendolo tan mal, especialmente en el Ayuntamiento de Madrid le pediré que me devuelva el voto mucho antes de los 4 años.
Por eso Paco, y por mucho más, yo me di de baja en el partido en Agosto. Y como nos llegamos a conocer, supondrás el "mucho más".
Nacho ex del G.Comunicación
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