Bond, James Bond, el infalible, letal e irresistible agente 007, que mantiene la eficaz, superior, tapadera de ser un personaje de ficción, fruto de la fantasía de Ian Fleming, ha sido en innumerables y dramáticas ocasiones el héroe capaz de hacer fracasar horribles planes y propósitos, nacidos en las mentes de los peores villanos que en el mundo han sido. Sobre todo Bond, James Bond, ha sido el desbaratador de los intentos de SPECTRA, el no va más de las organizaciones secretas y criminales, para poner de rodillas al mundo, más que nada al occidental, con chantajes y amenazas de la peor especie por las que intentaba monopolizar materias primas esenciales para la economía, o bien un enfrentamiento armado entre los bloques de la guerra fría para imponerse sobre el caos subsiguiente, ahora tener la capacidad de provocar catástrofes naturales a voluntad, ora secuestrar a la “creme de la creme” de la ciencia para desarrollar terribles armas de destrucción, etc…, etc…, etc.
Por eso somos muchos los que nos preguntamos donde está hoy Bond, James Bond. ¿Porqué la Inteligencia al servicio de su Majestad Británica no le ha puesto en marcha ya, debidamente equipado con los increíbles y eficaces artefactos de Q y con absoluta e indiscutible licencia para matar, para acabar con los malos, malísimos mercados que amenazan la paz, tranquilidad y prosperidad del mundo, más que nada el occidental, y que son la versión moderna, más letal y destructiva si cabe, de las asociaciones de malhechores sucesoras de SPECTRA, Goldfinger y el Doctor NO? Nos aterra pensar que M le tenga arrestado por machista, políticamente incorrecto, por ser más elegante y apuesto que ella o porque aún no haya pagado los trastos rotos de su última misión, que impiden cuadrar los presupuestos austeros de la coalición Liberal-Conservadora en el poder.