sábado, 4 de junio de 2011

LOS EMPRESARIOS A LO SUYO O ¿QUIEN GOBIERNA AHORA?

Finalmente, los empresarios de la CEOE, han boicoteado la concertación social como ya hicieran hace un año. Pese a los cambios en la cúpula directiva, especialmente al cambio de presidente, la línea dura del empresariado español, esa que no duda ni por un momento que su papel está en el “carajillo party”, la CEIM, plegada a los intereses políticos y la apuesta de futuro de Esperanza Aguirre, ha logrado el fracaso de unos acuerdos que, por si acaso resultaran útiles para superar la crisis, piensan que beneficiaban al Gobierno del PSOE. La posición de estos empresarios no se disimula de ninguna manera, cuanto peor para la situación económica, el empleo y el consumo, mejor para la oposición política, el Partido Popular, que, en su opinión, debe llegar al poder con tanta mayoría que pueda apisonar, sin resistencia, los últimos vestigios del estado de bienestar y la democracia industrial.

El empresariado español representado por la CEOE (el que no se sienta representado no cuenta) se ha quitado la careta para jugar a fondo en el tablero político, aprovechándose sin pudor de la crisis financiera y económica para provocar que cualquier resurgimiento tenga dos efectos: la eliminación a largo plazo de cualquier opción política de izquierdas que pueda importunar a su partido en el poder, el PP, y el desmantelamiento del movimiento sindical que hace de contrapeso a sus deseos de discrecionalidad absoluta y autoritarismo sin límites en las empresas. En sus cálculos, estos objetivos se hacen más asequibles si amplias capas de la población sufren, hasta sus últimas consecuencias, los efectos de la crisis, el desempleo, las bajadas de salarios, la pérdida de poder adquisitivo, la presión de las deudas crediticias, especialmente las hipotecas, sin posibilidad de acceder o renegociar nuevos créditos, la merma de servicios públicos esenciales y su privatización, etc. Este proceso de “darwinismo social” en el que los más débiles serán sacrificados, procurarán que quede asignado en la memoria colectiva a la izquierda política y sindical y, cualquier recuperación que se produzca, siempre bien controlada por sus intereses inmediatos, atribuirla a los nuevos gestores para mayor y duradera gloria del Partido Popular.

Han estado engañando a todo el país, simulando que negociaban, cuando lo que menos les importaba era regular la negociación colectiva ni ningún otro aspecto de las relaciones laborales. ¿Para que acordar, cediendo algo, cuando en breve, una mayoría absoluta incontestable legislará a su plena conveniencia, justificando sus decisiones en los mercados, las presiones europeas, las mentiras de tantos expertos a sueldo y la herencia del PSOE?

Otra cosa será que renazcan nuevos escenarios que creíamos ya superados, la conflictividad como situación cotidiana, la brecha social que fuerza al enfrentamiento, la marginalidad que promueve la alegalidad y la infracción, la violencia latente que pueda desbordarse en un momento dado. No se puede volver a esquemas de relaciones sociales, económicas y políticas anteriores a los años 50 sin que reaparezcan todos los factores característicos de aquellas sociedades. Pero ya se sabe, el empresariado español solo anhela el beneficio inmediato y fácil, su avaricia y arrogancia es en mayor medida una de las causas de esta economía, con pies de barro, que nos condena al desastre ante cualquier contratiempo.

Desgraciadamente, en el otro lado de la mesa, ese sindicato de solo dos sindicatos, ese bisindicalismo tan hegemónico, prepotente y exclusivista, esa confederación confederada de la Unión General de las Comisiones Obreras de Trabajadores (UGCCOOT), lo han hecho tan mal, han antepuesto sus compromisos políticos a las necesidades de los trabajadores, han trasladado a su ámbito el desastre del bipartidismo PPSOE, que no solo han perdido la confianza de la inmensa mayoría de los trabajadores, sino que se identifican con los motivos de decepción de los indignados, esa vanguardia encarnada en el movimiento 15M, que no duda en señalar acertadamente las responsabilidades de cada uno en la actual situación.

Cabe preguntarse en qué sentido va a actuar entonces el gobierno del PSOE. ¿Seguirá Zapatero haciendo el trabajo duro y sucio de ajuste que le imponen los mercados, quemando los últimos restos de base social de su partido? ¿Permitirá Rubalcaba que se mantenga la misma política de rendición que está a punto de hacer desaparecer al PSOE y que haría imposible que fructificase cualquier intento por su parte de remontar los resultados electorales previsibles?

Lo veremos en breve, pero la inmensa mayoría de la ciudadanía debería estar más atenta al desenlace final de una pugna nada intrascendente, cuyo resultado tendrá repercusiones profundas, duraderas y muy sensibles para todos y que puede suponer la retrocesión de los avances sociales de los últimos veinticinco años y la ruptura de una de las líneas maestras de consenso de la transición democrática, y pacífica, española.


Los resultados del 22 de mayo han tenido la virtualidad de conseguir que los diferentes actores, de la política española, actúen a partir de ese momento sin disimulos, ni ambigüedades. Tendremos el Estado de Bienestar que nos podemos permitir. Unos se lo podrán permitir mejor y otros, la inmensa mayoría, no alcanzarán a permitirse niveles de hace más de dos o tres décadas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

PEGAR & COPIAR

como NO puedo mejorar la reflexion hago una propuesta, lo del ingenio español creo q ha caducado, p eso digo yo: si Alemania parece q va bien ¿p q NO copiar su modelo? prefiero una buena copia q una dudosa "creacion"
claro q la actitud y aptitud del empresariado aleman dista mucho de la "autoctona" donde no quieren liderar una empresa sino ostentar su exito principiante...

cecilioBalears